Acabo de darme un paseo por San Francisco y he visitado una casa donde los rayos de sol campan a sus anchas.
Para garantizar la entrada de luz, se ha dotado a la vivienda de carpintería exterior de gran altura y ventanas apaisadas elevadas.
Parte del cerramiento de la escalera lo conforma un gran ventanal que sigue el diseño de cuarterones verticales del resto de ventanas. Y el peldañeado volado facilita la entrada de luz hacía el interior de la vivienda.
En el baño, las ventanas horizontales elevadas aportan la iluminación necesaria para un cómodo uso. En la zona de la ducha se aumenta la entrada de luz a través de una ventana ubicada en la parte baja del cerramiento exterior, quedando únicamente una franja opaca que evita ser visto desde el exterior.
El predominio de la transparencia en interiores y exteriores garantiza el fluir de los rayos solares. Lo que no observo en estas preciosas instantáneas es cómo se consigue la intimidad puntual en esta maravillosa vivienda.
¿Quizá sus inquilinos estén acostumbrados a ser vistos en todo momento?
Lo he visto en: Home Adore, Robert Nebolon Architects y Architizer
Gustazo de casa!!
La verdad es que sí, 😉
Como me encanta esa ciudad!!!! la tengo en mi lista de viajes pendientes, jejejeje. Preciosa casa!!
Me encanta que te guste!