Siempre he sido una enamorada de los luminosos de neón, de sus curvas y colores fluorescentes. Recuerdo el ·Cocktails & Dreams· de aquella peli de los 80 … , el ·SEB’S· de La la land y el ·hello· de Valeria. Pero antes de todos ellos, no olvido el neón que parpadeaba en lo alto del quiosco de flores que hay cerca de casa de mis padres. Aunque lleva años apagado, sigue ahí, en el mismo lugar y cada vez que lo veo me pregunto, por qué lo abandonaron, por qué nadie recupera la palabra ·Kentia· para instalarla en su salón.

Desde hace poco un ·i d e á n d o l a· de neón led ilumina mi estudio y me encanta encenderlo cada mañana y disfrutar de su efecto en la pared.

En el salón, en la cocina, en un dormitorio, en el baño, en cualquier espacio se puede iluminar una palabra, una frase, un símbolo, unas curvas que signifiquen algo, que te hagan feliz cuando las enciendes y tu color favorito brille.

Aunque los genuinos y auténticos son los neones artesanales, ahora su precio es elevado y han sido reemplazados por neones led. Se pueden conseguir piezas ya fabricadas preciosas o atrevernos con un diseño personalizado y único que iluminará de una forma muy especial nuestro rincón preferido. Una de las webs donde podemos encontrar ambas opciones es YELLOWPOP.

En unos sencillos pasos puedes customizar tu propio neón, visualizar el resultado y averiguar su coste. Yo ya tengo uno y no descarto ir a por el segundo. ¿Te atreves?

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