Aunque es Agosto y todos tenemos que sacar un tiempecito para descansar, acabo de descubrir un rincón en Lisboa que merece este post.
Baixa House es un edificio del siglo XVIII que aloja unos apartamentos exquisitos para pasar unos días en la ciudad.
Cada espacio ha sido reformado con sumo respeto hacia los elementos originales de la construcción.
Los edificios antiguos como este tienen un encanto especial que es difícil conseguir en las construcciones nuevas.
Algunos de estos encantos son: los techos altos, las ventanas con portones, los suelos de tarima envejecida por los años, las buhardillas con vigas de madera, los anchos muros, los balcones enrejados, las altas puertas con tragaluces superiores, los azulejos artesanos…. ya paro…
A todas estas cualidades de antaño le han añadido los colores de los papeles pintados, la elegancia de los altos rodapiés blancos y la pureza del color neutro en paredes y carpinterías.
Y como colofón a esta delicada reforma objetos y piezas de mobiliario de la abuela mezcladas exitosamente con mobiliario IKEA.
No sé vosotros, pero yo me apunto esta dirección para mi próxima visita a Lisboa.
Quién sabe, a lo mejor aún nos da tiempo a ir este veranito …
Una maravilla.
Eso es lo que pensé yo cuando los descubrí.